Es común que cuando nuestra empresa deja de ser rentable y
acumula deudas se suscite la tentación de dejar la empresa “inactiva” en una
especie de “Limbo de las Empresas” con la creencia de que mientras presentemos
los impuestos “no pasa nada”.
Lo cierto es que puede pasar mucho, y no solo a la empresa
sino también a sus administradores y socios. Si su empresa es un “zombie” le
recomendamos que corrija la situación con urgencia.