La vivienda “chollo” no existe, su valor fiscal real aumenta los impuestos.


Todas las viviendas tienen un precio mínimo de venta. Las viviendas con precios muy bajos como reclamo para atraer la atención de potenciales compradores son, en mayoría, viviendas mal ubicadas, de segunda mano o en muy mal estado de conservación. 
En muchos casos, encuentran salida en el mercado entre compradores que suelen llevarse una desagradable sorpresa cuando Hacienda les reclama más dinero en concepto de impuestos.
Por muy bajo que sea el precio de venta, todo comprador debe saber que todos los inmuebles tienen un valor fiscal, es decir, un precio mínimo de venta.

Cada vez es más frecuente encontrar inmuebles con valores de mercado más bajos que los que fiscalmente se les ha otorgado. Conocer dicho valor fiscal es muy importante para hacer frente a los impuestos derivados de la compra.
Cuando se trata de primeras transmisiones, el comprador debe pagar el IVA, que éste 2013 será del 10%. Cuando se trata de segundas transmisiones, el impuesto a pagar es el de transmisiones patrimoniales (ITP) que varia entre el 7% y el 8% según en qué Comunidad Autónoma esté la vivienda.
Un caso práctico tomado como ejemplo. Una vivienda por la que se piden 43.000 euros. Una vez conseguida la referencia catastral, la consulta revela un valor mínimo de referencia de 72.072 euros. Los efectos sobre el bolsillo del comprador son evidentes. No es lo mismo aplicar un 7% de ITP sobre 43.000 euros (3.000 euros) que sobre 72.072 euros (5.045 euros). En este ejemplo, Hacienda podría reclamar algo más de 2.000 euros.

Ref.: El Confidencial

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